Llevo varios días leyendo en la prensa española titulares que hablan de políticos corruptos del gobierno de turno y de la oposición. Me quedo asombrada como este tema está a la orden del día en países del primer mundo y que afortunadamente los medios de comunicación no tengan reparos en denunciarlos. Las formas de corrupción varían, pero es alucinante encontrarnos gastos de dineros públicos en drogas y prostitución, diseñadores que visten a políticos a cambio de favores, por nombrar algunos casos.
En términos generales, la corrupción política es el mal uso público del poder para conseguir una ventaja ilegítima, generalmente secreta y privada. Para controlar esto existe Transparencia Internacional, una organización internacional dedicada a combatir la corrupción política. Según su último estudio Chile es el país de habla hispana con mejor puntuación, estando incluso por delante de España. Sin embargo, Chile no se salva de estas prácticas pero de forma menos descarada que muchos países vecinos.
Algunos investigadores sostienen que un escándalo nos permite lanzar una breve mirada bajo la superficie de la política a través de un incidente determinado que se convierte en público por su tinte "corrupto", pero no existe motivo para pensar que los datos proporcionados por los escándalos sean imparciales o estadísticamente representativos.
Este fenómeno es bastante complejo y difícil de abordar, no por ello podemos quedarnos pasivos si somos testigos de estas prácticas. Creo que denunciar hasta la saciedad es una forma de regular a esta gente sin escrúpulos, por que tarde o temprano la justicia aparece.
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