sábado, 25 de julio de 2009

PRÁCTICAS INTELIGENTES

Hace un par de meses conocí a una madre coraje. Sus tres hijos habían nacido con una enfermedad genética que se manifestaba ya siendo adolescentes. Su hija mayor había muerto hacía unos años. Desde ese momento comenzó su peregrinaje por el mundo buscando evitar que sus otros dos hijos murieran. Experimentaron con células madre de cerdo y de personas desconocidas de México. Uno de ellos se mantiene estable y no se le ha manifestado la enfermedad. La más pequeña está en silla de ruedas sin poder controlar sus movimientos y cada día con menos vida. Lo que nunca pensó esta madre, era que el milagro vendría a través de su nieto. El cordón umbilical de ese niño era lo que podía salvar a su tía, tenía células madre con un 95% de compatibilidad.

Es maravilloso ver las posibilidades de salvar una vida, en caso de ser necesario, con células embrionarias. En España fue muy polémico cuando la Princesa de Asturias había decidido congelar células madre de sus hijas procedentes de su cordón umbilical.

Por otro lado EEUU y Gran Bretaña van a la cabeza en estas investigaciones, sobretodo ellos trabajan con células madre de embriones humanos fecundados, lo cual ha puesto en contra a la Iglesia. Obama hace unos días reafirmaba su interés por invertir con fondos federales estas investigaciones, lo cual había prohibido George W. Bush en el 2001.

Más aún siendo una práctica inteligente, la mayoría de la gente sufre una especie de pánico al pensar que este descubrimiento llegue a manos de inescrupulosos y que la investigación con fines médicos terminen siendo un negocio de la vida. Aunque probablemente esto ocurra, el desconocimiento del tema, también lleva a crear mitos que impiden que se masifiquen bancos de conservación de células madres y que millones de personas aseguremos el futuro de nuestros hijos.